Historia tg 5: Intercambio de cuerpos en la montaña rusa

Soy Iván, me fui a un parque de atracciones con 3 amigos míos. Mis amigos eran un poco miedicas y no querían montar a la montaña rusa pero yo si quería, al final decidimos no montar porque no me apetecía montar solo. Al lado había unas 4 chicas con el mismo problema, solo había una chica que quería montar, y sus otras amigas no querían.

Un amigo mío que escuchó a las chicas, les dijo: “¿oye y porque no montas tu con mi amigo? Que también quiere montar”  Ella cambió su cara de tristeza por una de alegría de inmediato y dijo que sí. Los chicos y las amigas de ella nos metieron a una de las vagonetas de la montaña rusa y se fueron a esperar fuera.

Me sentía nervioso, estaba al lado de una chica muy guapa y además era muy tímido no sabía que decirle pero le pregunte “¿has montado alguna vez aquí?” ella me dijo que no, a lo cual yo respondí que ya vine hace varios años y que está muy bien y le día un consejo que grite antes de empiecen las bajadas.

La atracción se puso en marcha, era una montaña rusa muy rápida y muy alta, gritamos y gritamos, pero durante el trayecto en plena bajada mortal me sentí raro, como si mi alma se separara de mi cuerpo...finalmente en apenas unos minutos la atracción terminó, la vagoneta frenó de golpe….realmente molaba mucho, quería montar otra vez, le pregunte a la chica que si le había gustado,  pero al oír mi propia voz sentí que mi voz era distinta, más suave y femenina, le miré y a mi derecha no había nadie montado, y era raro porque ella se montó a mi derecha, y ahora era yo el que estaba en la derecha…mire a la izquierda y me quedé estupefacto al ver que a mi izquierda estaba yo.

Mi cuerpo también me miraba asombrado, me miré a mi mismo y  me día cuenta que tenia tetas, y ropa de mujer, además de una larga melena.  Mi cuerpo decía “¿Cómo ha pasado esto? Porque me estoy viendo a mi misma?” …enseguida comprendí que habíamos intercambiado cuerpos durante el trayecto en la montaña rusa, cuando me sentí raro en la bajada.

Había gente esperando para asentarse en nuestros vagones, así que nos levantamos de allí bastante inquietados…no dábamos crédito a lo que estábamos viendo, creía que esas cosas solo pasaban en las películas, era todo muy extraño. Ella me seguía preguntado a través de mi cuerpo que pasaba, yo le decía que no estaba seguro.

Desde abajo estaban nuestros amigos llamándonos, yo le dije que tal vez para volver a intercambiar los cuerpos debamos montar otra vez a la montaña rusa, así que les dijimos a nuestros amigos que íbamos a hacer otra vez cola para montar. Ellos nos esperaron abajo y nosotros fuimos a hacer cola de nuevo.

Mientras hacíamos cola no parábamos de mirarnos todavía algo incrédulos por lo que pasaba ella me decía “ ¿y si ya no podemos volver a nuestros cuerpos? ¿Qué haremos?  Todos mis proyectos de futuro echados a perder“  yo le dije  “de momento vamos a volver a montar si no funciona ya pensaremos que hacer, no te agobies”…a lo que ella replicó “¿Cómo no me voy a agobiar? Estoy en el cuerpo de un chico que no conozco de nada, y tu estas en mi cuerpo” Estábamos muy nerviosos, queríamos llegar cuando antes a la vagoneta y montar de nuevo pero había una cola kilométrica de por lo menos media hora.

Durante ese tiempo no hablamos mucho más, pero nos dio tiempo a asimilar lo que había ocurrido, cuando por fin nos tocó el turno, montamos juntos de nuevo y en el mismo sitio en el que nos pusimos en la anterior vez. La atracción se puso de marcha e incluso intentamos imitar todo lo que hicimos en la anterior vez, pero esta vez no sentí nada, terminó la atracción y yo seguía en el cuerpo de ella. Con cara de desilusión salimos de allí y bajamos a donde estaban nuestros amigos. Al llegar las amigas de ellas me cogieron del brazo y me dijeron “venga tía que se nos hace tarde vámonos” y sin mediar palabra me separaron del grupo de mis amigos, mientras a ella le cogieron mis amigos y la arrastraron a otra atracción.

Luego ya con más calma empezaron a hablarme sobre si me había gustado el chico de la montaña rusa, yo me quedé callado, no sabía si decirles la verdad, porque si les digo que he intercambiado el cuerpo con ella me tomarían por loco, pero si no digo nada, me verán extraño. Les dije que si, y que tenía que volver a verlo. Ellas me dijeron “vaya ya vamos avanzando parece que por fin te estás olvidando ya de tu ex novio” …no se historias me estaban contando…yo no sé nada de ella ni de su vida, estaba metido en un buen lio.

Creo que tenia contárselo a alguna de ellas, intentarlo al menos, pero no era el momento. Nos dirigíamos a la entrada del parque de atracciones por lo visto ya nos íbamos .

Mientras caminaba con ellas notaba lo diferente que era todo desde el punto de vista femenino,  mis piernas parecían tener más movilidad, al no tener pene ni testículos, ni tenía por qué preocuparme de golpearme ahí, otra cosa que destacaba mucho era mis pechos, notaba que estaban bien sujetos por los sujetadores, y cuando  bajaba la vista me los veía ya que iba con una camiseta con tirantes con bastante escote, y la verdad es que me excitaba de verme a mí mismo así. 

Otra cosa que me notaba mucho era mi peinado, largo y con flequillo, yo como chico suelo tenerlo casi rapado, así que era bastante notable la diferencia, y me molestaba un poco en la cara, hacia viento y me quería hacer una coleta pero no sé si sabría hacerlo bien…

En la muñeca de mi mano tenía una goma para hacerme una coleta, mis manos estaban muy cuidadas, uñas largas y pintadas de rojo, había un anillo de plata pero según dijeron sus amigas yo no estaba saliendo con nadie ahora y por lo visto llegue a la conclusión de que me llevaron al parque de atracciones para pasarlo bien y por  tanto olvidarme de una ruptura que tuve.

En el aparcamiento ella me dijeron “pero lucia ¿no reconoces tu propio coche o qué? Estas muy rara desde que has salido de la montaña rusa", busque entre mis bolsillos y encontré unas llaves de coche, lo pulsé y averigüé cual era mi coche. Y le pregunte que a dónde íbamos y una de ellas me respondió “pero chica…¿Qué te pasa? Nos vamos a casa…venga trae, ya conduzco yo”. 

Fueron más de 100 kilómetros de viaje hasta que llegamos a un pueblo del que no conocía nada, me dejaron en una casa bastante lujosa, al parecer era mi casa, una de mis amigas me acompaño a la puerta, aproveché la oportunidad de decírselo

“te tengo que decir la verdad…yo no soy lucia, soy el chico que estaba con ella en la montaña rusa, hemos intercambiado cuerpos sin saber que lo ha causado, me tienes que ayudar, por favor” ella empezó a reírse , le insistí que era cierto, pero no sabía cómo demostrárselo,  ella me dijo que ya estaba bien de bromas y que ya nos veríamos mañana en clase de aerobic.

Entre en mi casa al parecer no había nadie en casa, fui abriendo puertas una por una hasta que di con lo que parecía ser mi habitación, me eche en la cama, pensando en cada uno de los problemas que se me avecinaban….al poco rato suena el móvil, era mi número de teléfono, estaba llamando ella a través de mi teléfono.

“¿Dónde estás? “  “estoy en tu casa…creo tenemos que hacer algo, no podemos continuar así” …. “cuando me dejen tus amigos a solas me iré a verte, tenemos que hablar”…. “vale pero llama a mis padres que no se preocupen dile que te quedas con un amigo a dormir” “¿no han sospechado mis amigas?”   “claro que han sospechado, e incluso se lo he contado a una pero no me cree”  ¿a quién se lo has dicho?”  “no se…no conozco a tus amigas, una que es rubia, y que vestía de rosa”….” A vale se lo has dicho a mi prima, luego hablaré con ella”.

Después de hablar con ella por teléfono me puse a dar vueltas por su habitación a ver lo que tenia, tenía muchas fotos y también tenía muchos trofeos de gimnasia rítmica, también tenía un tocador, me asenté en el asiento del tocador y me miré la cara…era increíble…aun me costaba creerlo, yo ahora era una chica y bastante guapa por cierto, tenía unos pendientes de perla puestos…en el tocador había una diadema, me la puse, no estaba acostumbrado a tener tanto pelo y pensé que tal vez así me molestaría menos…era todo tan extraño cada cosa que me ponía o hacia experimentaba cosas nuevas que no creí nunca experimentar por ser chico.

En el tocador también había mucho maquillaje y un joyero con un montón de pulseras, collares y pendientes, me dio por experimentar y cogí la barra de labios rosa  y me puse un poco, me veía muy guapa…pero al poco rato pensé “¿Qué coño estoy haciendo? Soy un hombre, no una mujer…”  volví a echarme en la cama pero al poco rato me vi tentado por abrir su armario, parecía muy grande, me lo pensé 3 veces y a la tercera salté de la cama y abrí el armario, y estaba lleno de ropa de chica, comparado con mi armario de chico no era ni una decima parte del mío. Tenia de todo. Me vi tentado a probar uno de sus vestidos, había uno rosa con mucho escote y con falda corta, lo cogí y me lo probé, era una ropa muy suave y cómoda, me quedé impresionado por lo cómodo que era ese vestido, daba gusto ponérselo, me miré al espejo y estaba guapísima, tanto que me estaba poniendo cachonda, pero era diferente, porque al no tener pene no se me ponía erecto nada, pero sentía algo que me gustaba mucho sentirlo, no sabía cómo explicarlo. 

Habían también infinidad de zapatos de tacón en el armario, me probé unos rosas que parecían hacer juego con ese vestido, al intentar andar con ellos al principio me costaba pero era excitante, era verme con los tacones puestos y sentirme más mujer, luego fui al joyero y me puse unos pendientes de aro gruesos y grandes…yo pensaba en cómo me gustaría verla a ella, y no como me gustaría a mí, me puse también un colgante en forma de corazón y unas pulseras, también intenté ponerme algo de sombra en los ojos y me los perfilé, creo que no lo hice muy bien pero para ser la primera vez no me salió tan mal…Me veía tan guapa y me sentía tan excitada al verme a mí misma que no aguante mas, cerré la puerta con cerrojo y eche en la cama, tenía la vagina bastante húmeda, introducí mis dedos y empecé a moverlos dentro de mi vagina y sentí un placer indescriptible, fue un orgasmo tras otro, nunca había experimentado algo así fue alucinante. Me quedé tan satisfecha que ya ni me apetecía volver a ser chico.

Después tocaron la puerta de mi habitación, al abrir entró una mujer mayor que me dijo “¿hija que haces vestida así? ¿Vas a algún lado? Yo le dije que no, que solamente quería probármelo, a lo cual la madre respondió “pues ya son ganas de maquillarte a estas horas, y además estas maquillada de una forma un poco extraña, bueno es igual…quería recordarte que mañana vendrán a ver los vestidos que has confeccionado”  cojonudo ahora resulta que aparte de gimnasia rítmica también es diseñadora de moda, más complicaciones.

Al día siguiente en pleno amanecer  llegan a la casa, mi cuerpo Iván con la amiga rubia a la que le conté lo del intercambio, por lo visto ya habían hablado entre ellas, entramos a mi habitación, yo todavía iba con pijama y me dijo que se lo ha contado todo y que tras varias interrogaciones por fin le ha creído.

Me estuvo diciendo lo que tenía que hacer en la presentación de sus vestidos y lo que tenía que decir, y con respecto a la gimnasia rítmica dijo que no fuera hoy, y que me enseñaría a partir de ahora…. A lo que yo respondí “¿y porque tengo que hacer todo eso? Yo quiero volver a mi vida” …”tu vida es ahora la mía, y no podemos fastidiarlo ahora. Tu dime todo lo que tenga que saber sobre tu vida, rápido”…

Estuvimos toda la mañana hablando, y llegamos a la conclusión de que nos hiciéramos pasar por novios para vivir juntos, sería la mejor forma de  tener controladas las vidas de cada uno y no meter la pata tanto, y poco a poco contárselo a la gente que nos importe y demostrarles que es cierto lo del intercambio.

Y así fue como terminé viviendo la vida de una chica a la que conocí en una montaña rusa y donde intercambiamos los cuerpos allí sin saber cómo. Con el tiempo me acostumbre a ser chica, aprendí gracias a ella todo lo que tenía que saber sobre ser chica y sobre ser ella.

Me enseño gimnasia rítmica y cuando ya me desenvolvía bien, volví a dar clases. También me enseño a diseñar ropa, aunque ella también hacia y luego las ponía a mi nombre como si las hubiera hecho yo. Como vivíamos juntos ya no había problema.

Me acabó gustando mucho ser ella, ser chica era genial,  la ropa, las conversaciones con mis amigas, los peinados, el maquillaje, los tacones, etc... Es todo tan distinto desde la piel de una mujer, pero a la vez tan excitante....Tenía que ser tan femenina como ella, tanto en la forma de ser como de vestir, pero no me importaba porque descubrí que me gustaba lo de sentirme femenina.  Lo que peor llevo de ser chica es  la regla, pero ese es el pan de cada mes con las chicas.

Aunque hay algo que no cambió en nosotros y es que a mí me gustaban las chicas, y a ella los chicos a pesar de que nos hacíamos pasar por pareja,  yo me excitaba por verme a mí misma, y lo mismo le pasaba a ella con mi cuerpo,  era muy  excitante, porque lo sientes en tu propia piel el cuerpo femenino y sus prendas y accesorios.  Cuando te excitas pensando en una mujer, sueles pensar cómo se siente ella, por tanto al sentirte en la piel de una mujer es la culminación de aquellos pensamientos que como hombres no podemos sentir cuando nos excitamos por pensar en una mujer.

Días después, contamos lo del intercambio a la familia y al resto de amigos, los reunimos a todos en una sala y se lo contamos a la vez con la ayuda de la amiga rubia que nos creyó. Algunos aun son algo incrédulos y se piensan que es solo un juego de cambio de roles que nos traemos ella y yo…otros sin embargo si lo creyeron.

Pasaron los años y yo ya me sentía totalmente Lucia, me convertí en una experta gimnasta  de gimnasia rítmica y también abrí un negocio de diseño de ropa con Iván, el me ayudaba porque era tan bueno haciendo ropa como yo, al fin y al cabo fue quien me enseño.